Instalados en la ola de calor, algunos beneficios de la ducha fría

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Ya tenemos el verano instalado, las temperaturas han subido vertiginosamente, las terrazas se consolidan como espacio de recreo, nos sobran las prendas y más que nunca buscamos el líquido rey por excelencia, el agua, es sus más diversas formas.

Algunos remojan los pies en fuentes, otros más afortunados acuden a piscinas y pocos, apenas los escogidos, se escapan felizmente a la playa. Pero todos, no importa condición social, laboral o emocional, disfrutamos de los placeres de algo tan accesible como delicioso, una ducha fría.

Es cierto que algunos valientes son capaces de colocarse bajo el chorro de agua gélida impertérritos, cierto es que suelen ser personajes de países nórdicos con tradiciones que nos resultan como poco extravagantes. Los latinos y mediterráneos, acostumbrados al goce sin demasiado sufrimiento, no comulgamos con esas prácticas extremas.

La ducha fría, no solo es buena para la salud, además es un aliado en la lucha por despojarnos de prendas y lucir palmito. La temida “operación bikini” esta aquí. Desde Securibath lanzamos algunos consejos para maximizar el placer y obtener beneficiosos resultados de tan cotidiano hábito, ya sea en fantásticas duchas de diseño o en tu, puede que más humilde, pero igualmente agradable baño.

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Disfrutando de una ducha fría en verano

La ducha puede comenzar con agua templada (24-29 ºC) relaja, reaviva y resulta refrescante, además activa la circulación, entre 10 y 15 minutos es un tiempo prudencial. Los más valientes se pueden aventurar a bajar un poco la temperatura, lo que ya vendría a ser una ducha de agua fresca (18-24 ºC) la duración no debe ser superior a 10 minutos, ya que puede causar calambres o entumecimiento.

Aconsejamos siempre terminar con unos minutos de agua fría (menos de 18ºC) durante esa breve exposición (que suele ir acompañada de un grito y puede que de algún improperio) recomendamos mover los brazos y piernas, es un ejercicio que estimula la circulación y endurece los tejidos.

Por si, todavía, quedase alguna duda, pasamos a recitar una larga lista de beneficios de la ducha fría.

  • Reactiva la circulación sanguínea, tersa la piel llevando sangre y oxígeno a cada poro.
  • Alivia cansancio y dolor de piernas tan característico en estos meses.
  • Estimula defensas.
  • Previene la calvicie, estimula el cuero cabelludo revigorizando todos los vasos sanguíneos y fortaleciendo la capa superior del tejido.
  • Ayuda a combatir la celulitis, al contraer las venas facilita activa el sistema circulatorio.
  • Es un aliado para la pérdida de peso, ya que aceleran el metabolismo, estimulando la eliminación de líquidos y evitando de esta manera la formación de nódulos de grasa.

!Qué mejor manera de empezar el verano que con una buena ducha fría!