propositosparaanonuevo

Como todos los años, mis amigas y yo nos hemos reunido en casa de Adelita (acaba de enviudar, la pobre, y hay que animarla). Cada una lleva lo que puede: el tradicional bizcocho de Manuela, delicioso, y mis pestiños emborrizados en miel. Adelita saca café y té, y cuando estamos todas sentaditas en torno a la mesa camilla, sacamos los papeles: la lista.

Cada una lleva su listado de propósitos para el año nuevo, y después los quemamos (este año lo haremos en la cocina, que el año pasado quemamos la mesa en casa de Juani…). Este año, yo sólo he puesto dos propósitos:

1. Seguir viva hasta la reunión de propósitos del año que viene.

2. Cambiar mi bañera por un plato de ducha.

De este año no pasa, estreno baño. Ya me he estado enterando: tardan menos de un día y no hay que hacer obra. Pican la pared, quitan la bañera, ponen el plato de ducha -lo voy a pedir antideslizante y a ras del suelo- y alicatan lo que han picado de pared. Se acabó hacer contorsionismos para entrar en la bañera, o arriesgarme a resbalar mientras me ducho. ¡Al año que viene llego seguro!