Ha empezado a funcionar en El Prat (Barcelona) la planta desalinizadora más grande de Europa apta para el abastecimiento humano -la de Alicante es más grande pero sus aguas sólo son aptas para el regadío-. Ante el problema de la escasez de agua, el ser humano debe ser creativo e idear soluciones para adaptarse a un nuevo entorno que se adivina más desértico y con unos recursos más limitados.
La planta desalinizadora se ha situado entre el mar, el río y la gran depuradora del Baix Llobregat. Es capaz de producir doscientos millones de litros de agua al día. De cada 100 litros de agua de mar que llegan a la desalinizadora, se depurarán 45 litros y el resto se devolverán al mar. De esta desalinizadora procederá casi el 20% del agua que abastece Barcelona.