Todos hemos penado en más de una ocasión (con una mueca en la cara) lo excesivamente caras que son algunas aguas embotelladas, qué decir de aquellas que son recogidas en un iceberg de Islandia y cuyo precio está más cercano al de un material precioso que al H2O.
En realidad, el agua (que efectivamente es un bien preciado y cada vez más escaso) cae con relativa frecuencia sobre nuestras cabezas, así que, ¿por qué no utilizar esa agua? Un bar mexicano decidió ofrecer a sus clientes agua pluvial embotellada. Para poder beberla sin riego, pasa un triple proceso de filtración. Cuyo objetivo es claramente, ofrecer el agua más pura posible. El resultado final, es un agua ionizada que tiene un mayor índice alcalino mayores propiedades antioxidantes. ¿Veremos algo así pronto en España?