Todos los urbanitas empedernidos extrañamos la vida rústica (aunque no nos sacase del asfalto ni una bomba nuclear). Esa dicotomía de nuestra insatisfecha sociedad: siempre ansiar y extrañar lo que uno no tiene.
Todos los urbanitas empedernidos extrañamos la vida rústica (aunque no nos sacase del asfalto ni una bomba nuclear). Esa dicotomía de nuestra insatisfecha sociedad: siempre ansiar y extrañar lo que uno no tiene.