Para empezar el lunes nada mejor que una magnífica selección de baños, bañeras y platos de ducha, a cargo de la firma Domovari.
Con la edad, se pierde el pelo. Luego los dientes, y otras pequeñas cosas: la tersura de la piel, el pulso firme, la agilidad, el equilibrio. Y si uno no se esfuerza en mantenerse autónomo y capaz, la dignidad.
Faltaría más. Con 82 años, puede que mis piernas ya no me respondan como antes, pero la dignidad la sigo teniendo intacta. No se me malinterprete; la familia sólo pretende ayudar, porque me quieren.
Cuando vivía mi Mariano, estas cosas las decidíamos juntos. Yo le consultaba y, aunque siempre discutiendo, acabábamos llegando a un acuerdo.