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Agua para verla, sentirla y oírla correr. Agua para conectarnos con lo primigenio, con la naturaleza, con el elemento vital. Cuando los arquitectos la involucran en sus diseños saben que están llevando a sus construcciones un elemento revitalizador que hace más humanos sus espacios.

Algunas veces viene a refrescarlos, condición que en los climas cálidos es fundamental. En otras ocasiones, se convierte en el tema del diseño. También tiene la característica de jugar con la arquitectura, de duplicarla y hacerla ver distinta a medida que avanza el día. De crear un juego de luces y de sombras que siempre resulta grato observar.
Unos pasos que parecen suspendidos en el agua, un espejo de agua que brinda una vista refrescante y relajante, un cuerpo de agua que marca el acceso a una vivienda o la enriquece con un paisaje acuático o una piscina que invita a entrar en ella para sentirnos en nuestro elemento. Placeres que son posibles gracias a este tipo de diseños.