Cuando pensamos en agua podemos casi sentir su frescura. El preciado liquido vital que sostiene la vida en nuestro planeta tiene el poder de sanar, alimentar y relajar.
Desde la antigüedad el agua ha sido usada en rituales de salud, belleza y bienestar. Ya sea sumergiéndonos en agua, rodeándonos de vapor o sintiéndonos energizados en la ducha, el agua es la cura más fácil..
Sumergir los pies en agua tibia o caliente es una receta de nuestras abuelitas. Después de un arduo día el sumergir los pies en agua tibia con unas gotas de aceite de lavanda ayuda a eliminar el estrés. Al sumergir los pies en agua estamos, como dicen en el Club Med, disolviendo el estrés.
Al sumergir los pies en agua tibia estamos aumentando la circulación en esa área. Si a esto añadimos sales o aceites esenciales estamos aumentando esta propiedad.