Una mampara permite dotar de mayor intimidad a la bañera o ducha, a la vez que se consigue que al ducharnos salga fuera una menor cantidad de agua. Su instalación evita que tengamos que utilizar las tradicionales cortinas de baño, que con el tiempo pueden enmohecerse debido a la humedad reinante y los continuos cambios de temperatura.
La mampara agranda visualmente el cuarto de baño. Asimismo, si la colocamos en un plato de ducha permite limpiar el recinto cómodamente al ser el suelo continuo, algo que no sucede con las bañeras. Además, si la colocamos en una ducha y el drenaje del desagüe no es bueno, o se atasca mientras nos duchamos, evitaremos que el agua rebose debido a la escasa profundidad del plato.