La costumbre que debemos inculcarle a los niños es la ducha diaria (mejor que el baño), aunque si son muy pequeños podemos empezar por enseñar a bañarse y conocer las partes de su cuerpo a las que deben prestar más atención.La cabeza, las axilas, el cuello, la zona genital, las rodillas y los pies son las partes que más suelen sufrir los efectos de la sudoración, aunque deben enjabonarse bien todo el cuerpo.Antes de ducharse hay que enseñarles a prepararse la ropa, la toalla y todos los elementos necesarios para arreglarse después.También debemos preocuparnos por enseñarles a secarse bien después de salir del agua y repasar algunos puntos que pueden ser más delicados, como la limpieza de las uñas, las orejas y los oídos.