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La Exposición Internacional de 2008, que se inaugura en Zaragoza el próximo día 13, permitirá conocer las profundas diferencias sociales y económicas que separan a los 105 países participantes y reconocer las fronteras ‘insostenibles’ que impiden el desarrollo de los habitantes de las regiones más pobres.

Bajo el lema ‘Agua y desarrollo sostenible’, países de los cinco continentes han instalado en la capital aragonesa un espacio propio donde se muestra cómo es la relación de sus ciudadanos con un recurso tan necesario para la vida como el agua, cuya escasez sufren millones de personas en todo el mundo.

El comisario de la Expo, Emilio Fernández-Castaño, aseguró a Efe que hay una ‘gran satisfacción’ por el número de participantes -105 países y tres organizaciones internacionales- y también por la ‘representación equilibrada’ que se ha conseguido, tanto de países desarrollados como en vías de desarrollo, lo que se traduce en que ‘vamos a tener al mundo en Zaragoza’, resumió.

Todos los que a partir del 14 de junio se acerquen al meandro de Ranillas del Ebro, donde se levanta la Expo, podrán pasear por una esquina de Alemania, China, Argelia, Grecia, Guatemala, Uruguay, India, Jamaica, Malasia, Panamá, Cuba, Dinamarca, Italia, Polonia, Yemen, Islas del Pacífico, Mónaco, Etiopía, Cabo Verde o Mauritania.

Una diversidad cultural sobre las 25 hectáreas del recinto de la Expo, que visitarán presidentes y altos mandatarios de los países participantes, el primero de ellos el de México, Felipe Calderón, el 14 de junio, día en el que la muestra abrirá sus puertas al público.

A pesar de los esfuerzos de la organización, en la Expo no estarán países muy importantes, como Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia, el Reino Unido o Chile, que podrían haber sido claves a la hora de compartir estrategias y soluciones globales sobre la gestión de un recurso tan escaso como el agua