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El fuerte empeño por ir más allá de sus espacios tradicionales, cocinas y baños, ha llevado a los revestimientos cerámicos a asumir nuevos retos estéticos y funcionales que les permiten integrarse en la decoración, incluso, de dormitorios y salones.
Las técnicas decorativas de la producción de cerámicas domésticas se han mejorado tanto que pueden realizar casi cualquier diseño o formato, con acabados muy diferentes a los que eran habituales en los azulejos tradicionales.
Una de las nuevas tendencias es la combinación de más de un material con una base cerámica en la misma pieza. Se potencian y mejoran las incrustaciones de esmaltes o pequeños vidrios coloreados. También las resinas, los plásticos o las maderas de diferentes tipos comienzan a formar parte de las últimas colecciones.
Los azulejos y cenefas con relieve se limitan al revestimiento de muros, donde las irregularidades en la superficie no dificultan el tránsito. En cuanto al color, se diferencian dos grandes tendencias: una paleta de colores neutros y suaves para los ambientes de corte minimalista, junto a un interés creciente por los tonos vivos, siguiendo la línea del Pop Art, tan en boga en la década de los 60.
En este caso, los suelos presentan tonos lisos, como pistacho, rojos, negros o naranjas para combinar con revestimientos que incluyen motivos geométricos o florales diseñados para coordinar con el pavimento.