Una correcta hidratación evitaría una de 10 diez hospitalizaciones de personas mayores en España, según el Observatorio de la Hidratación y la Salud (OHS). Este organismo ha lanzado la campaña ‘Hay mil formas divertidas de hidratarse’ para informar de las ventajas que beber agua trae a este colectivo. La iniciativa contempla la distribución de diversos folletos y material informativo en más de 4.000 residencias y centros geriátricos de toda España.
Más del 90% de los mayores de 65 años bebe menos de lo recomendado por el doctor y más de la mitad (55%) sólo ingiere líquidos cuando tienen sed, señal de que ya existe deshidratación, según un estudio elaborado por el OHS sobre los hábitos de hidratación de la población en España, donde hay unos 7,5 millones de mayores de 65 años, lo que supone el 16% de población total.
Con la edad, se pierde la sensación de sed, por lo que a muchos de estos mayores les cuesta beber. Sin embargo, el 40% reconoce que tomar distintas bebidas les ayuda a hidratarse y un 45% afirma que el sabor también hace más fácil beber, según el mencionado trabajo, donde los especialistas recomiendan beber pequeñas cantidades de forma continuada, incluyendo también refrescos y otros líquidos.
Junto con la pérdida de la sensación de sed, los mayores suelen presentar un sistema inmunológico debilitado y padecer otras enfermedades, lo que les hace aún más vulnerables a las consecuencias de una deshidratación. Además, las alteraciones cognitivas, que merman la capacidad comunicativa, los problemas de movilidad, que dificultan el acceso a la bebida, o el miedo a la incontinencia urinaria hacen que los mayores beban menos de lo mínimo recomendado.
Asimismo, este déficit hídrico puede hacer que disminuya el volumen de orina que eliminan sus riñones, lo que produce una acumulación de sustancias de deshecho que también repercute en su salud. Así, con la edad, se pueden producir fallos en la función renal, ya que a los 70 años, la capacidad de los riñones de eliminar sustancias de desecho es cerca de la mitad que a los 30 años.
Alrededor del 4% de los mayores de 65 años vive en la actualidad en residencias y centros geriátricos, por lo que es importante que en estos centros también se tenga en cuenta la correcta hidratación de sus residentes y que presten atención a las señales de deshidratación, como la boca seca, la debilidad, la pérdida de apetito, las náuseas y vómitos o la piel seca y pálida, aunque el indicador más válido suele ser la disminución del volumen urinario.