Los modelos más modernos ayudan a aliviar tensiones, estimular la circulación sanguínea o activar los músculos
Por la mañana o por la noche, la ducha puede ser un momento único. Los rociadores más modernos consiguen multitud de sensaciones, desde un baño relajante al final del día a una ducha revitalizante para comenzar la jornada. Los nuevos difusores incorporan varios tipos de chorros que ayudan a relajar los músculos o activarlos. Los grifos se pueden dirigir hacia zonas concretas para aliviar tensiones, estimular la circulación sanguínea, masajear los músculos después de practicar deporte o mitigar dolores articulares. Diferentes posibilidades según la intensidad o presión del chorro.
En este sentido, el modo de distribución del agua es importante. Ha de ser homogéneo. Tiene que salir con la misma fuerza por todos los jets o boquillas. Los cabezales multifunción permiten elegir entre caída en chorro, cascada o, incluso, efecto lluvia. Cada uno de estos modos varía la fuerza del agua, suave o vigorosa, y consigue distintas sensaciones.
A ello contribuye también la dimensión del difusor. La tendencia más actual opta por modelos de grandes dimensiones. Las diferentes marcas de teleduchas disponen de rociadores con diámetros de 120, 130, 160, 180 ó 210 milímetros. Los modelos más sorprendentes alcanzan hasta 400 milímetros de ancho para generar un chorro mayor, que envuelve el cuerpo por completo sin necesidad de dirigir el difusor. Según las medidas del diámetro, es preferible instalar el rociador en la pared o en el techo. Por otro lado, este factor determina el número de boquillas, desde un mínimo de 80 hasta más de 200.
Para conseguir estos efectos no es necesario prolongar el tiempo de ducha. No obstante, estos rociadores incorporan, en su mayoría, un sistema de ahorro de agua que consigue reducir el consumo hasta en un 30%. En lugar de limitar el caudal, los difusores recurren a una distribución más eficaz del agua para minimizar el gasto.
Con un diseño diferente, pero iguales resultados, destaca la denominada ducha de aire o gasificada. En forma de pera, incorpora un rociador por el que caen gotas de agua muy ligeras. En realidad, se intenta crear gotas de aire «recubiertas por una capa de agua» para lograr disminuir el caudal.