El sector cerámico está espantado de la situación que vive la construcción, tanto por la coyuntura de falta de actividad como por la estigmatización que sufren las empresas del ladrillo. En este sentido, ayer, Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer) lamentó que el azulejo sea considerado un apéndice del mundo de la construcción «y se nos demonice de cara a las entidades financieras a la hora de solicitar créditos», según señaló Fernando Diago, presidente de la asociación.
Para demostrar su buena salud y su independencia con la caída en desgracia de lo inmobiliario, Diago explicó que el sector exporta el 60% de su producción, lo que les aleja de los aprietos de los constructores. No obstante, se trata de un razonamiento de validez relativa si se tiene en cuenta la caída de la producción (superior al 10% a lo largo del año y más del doble en los últimos meses de 2008) cerámica y de la pérdida de 4.000 empleos a lo largo de todo el año pasado.
«Vendemos a más de 180 países, y muchos de ellos saldrán de la crisis antes que España, por lo que no es de justicia que se valore nuestra actividad en función de lo que pasa aquí y que se equipare el ladrillo a la cerámica», explicó el presidente de Ascer. Precisamente, sobre sus cifras de exportación, desde la asociación se asegura que, a 1 de noviembre, el valor de las ventas fuera de España descendió un 1,9% respecto al mismo periodo de 2007. A pesar de que desde Ascer se considera que el conjunto del sector, afincado fundamentalmente en Castellón, «va por buen camino», Diago reconoció que, de cara a este año, la gran amenaza es la falta de liquidez: «Cualquier sistema vivo necesita sangre que lo recorra, y sin eso nadie sobrevive, y si continúa la falta de financiación que ahora mismo sufrimos, nuestro futuro es tan evidente como negativo».
Fernando Diago señaló que la financiación «no aparece, no hay créditos», lo cual alimenta «una paralización del sector, que vive inmerso en una espiral que se retroalimenta y sólo puede interrumpirse a través de la liquidez». Una veintena de empresas que en enero del año pasado producían material cerámico han echado el cierre, según la asociación.
La crisis obliga, según Ascer, a ganar volumen y fabricar fuera de Castellón, un mensaje que se envía a las empresas del sector desde hace tiempo sin que nadie haya tomado la iniciativa de empezar a actuar. No obstante, desde la asociación se asegura que hay en marcha procesos de fusión para crear corporaciones lo suficientemente grandes como para competir en un mundo muy globalizado y que, durante la última década, ha incrementado en un 60% el consumo de productos cerámicos.
«Varios de los arquitectos de más prestigio en todo el mundo emplean nuestro material. Se extiende el uso de productos cerámicos que se hacen a la medida de grandes proyectos», indicó Diago, quien incluso señaló que Frank Gehry (autor del Guggenheim de Bilbao) solicitó a la asociación información sobre empresas del sector para realizar un spa en Nueva York.
En relación a Cevisama, el certamen de Feria Valencia que se celebra en febrero, Diago señaló que la feria «es un valor estratégico que no se puede perder», si bien reconoce que el evento sufrirá las consecuencias de la crisis, que durante 2009 «aún sufrirá más recortes». Desde Ascer se rechaza la idea de que Cevisama se fusione con Habitat por la diferencia de clientes.