Todos tenemos la obligación de ahorrar agua, sabemos que es un bien muy escaso, sólo un 1% del agua de nuestro planeta es potable y desperdiciamos mucha. Ahorrar agua no debe suponer un esfuerzo, pensemos que muchas personas no tienen ni para beber.
Los océanos contienen el 97% del volumen total de agua, otro 2% es agua helada y sólo un 1% es agua potable. Esta proviene de la superficie de la tierra (ríos, lagos…) o del agua subterránea.
Cada gota de agua que malgastamos supone un gota menos en un río, un lago, un canal o un embalse. El ahorrar agua contribuye a la reducción del tratamiento de las aguas residuales. Los ahorros modestos son muy valiosos.
Las plantas resistentes a la sequía no se limitan a los cactus. Existen muchas plantas que precisan poca agua, llenas de color, arbustos en flor y enredaderas que ofrecen atractivas alternativas a la jardinería tradicional. El jazmín, la buganvilla o la gran mayoría de las especies mediterráneas como el romanero, el tomillo, la salvia, etc.; son plantas de bajo consumo de agua. También existen muchas gramíneas que necesitan muy poco mantenimiento.