Un estudio de la Shark Alliance hizo público el pasado día 3 de junio que la mayoría de los españoles come tiburón sin saberlo. La noticia no tiene truco. Por lo que se ve, existe una deficiencia de información en el etiquetado y denominación de los productos derivados del tiburón, que podría responder a intereses económicos.
En efecto, pese a que el 96% de los españoles niega comer tiburón, el 33% refieren consumir cazón y marrajo, ambos de la familia de los escualos.
Ecologistas en Acción denuncia que los pescadores españoles son los principales capturadores de tiburón, comparados con sus homólogos europeos. El consumidor tiene derecho a saber lo que está comiendo, ya que el 95% de los españoles está a favor de una pesca controlada de las especies en vía de extinción como el tiburón. La tergiversación u ocultación de información en el etiquetado no permite a estas personas elegir no consumir esa especie.