Se cogen las bases del voley playa, se mezclan con tácticas del fútbol, ejercicios de gimnasia y pasos de capoeira. Se mezcla todo bien y se añaden unos músicos de samba y percusión brasileña en directo. Ya está: es bossaball, un original y espectacular deporte de verano.
El bossaball se juega en un campo hinchable cimentado en una estructura de metal de unos 250 kilos, con una zona central y unas camas elásticas que actúan a modo de portería en los extremos. Al igual que en el voley playa, se trata de conseguir que el balón toque el suelo en el campo del equipo contrario. A diferencia del voley, aquí uno de los jugadores se encuentra en las camas elásticas con 2 funciones: rematar con espectaculares acrobacias de capoeira (los tantos aquí valen 3 puntos en vez de 1), y evitar que los del equipo contrario consigan dar aquí.
Los jueces de este divertido juego se llaman «árbitros samba«, y además de vigilar el seguimiento de las reglas, remarcan los tantos a ritmo de samba y bossa nova, con instrumentos de percusión y mesas de DJ. Lo mejor: poder hacer de espectador del juego entre baño y baño mientras los jugadores sudan.
