El aumento de la expectativa de vida supone que nuestros mayores conviven con nosotros durante más tiempo. La pérdida paulatina de facultades físicas y mentales es inevitable. Por ello, es necesario adaptar los hogares para mejorar la calidad de vida, y mantener un alto nivel de accesibilidad, dejándose aconsejar por profesionales en el cambio de bañera por un plato de ducha