¿Hay algo más sugerente? Dejarse flotar en las cálidas aguas de una piscina rodeada de palmeras y, más allá, el silencio del desierto africano. No es un sueño, es lo que encontrarás en el Hotel Adrère Amellal en el Oasis de Siwan, en el mágico Egipto.
El hotel está construido sobre una casa tradicional del desierto, y se funde con el entorno respetando su arquitectura. Se ha dicho de él que combina a la perfección el recogimiento espiritual de un monasterio y el lujo asiático de un hotel turco. Entre sus muros el visitante se encuentra rodeado de piedra, arena, madera. Materiales naturales que se integran con el paisaje desértico.
Sin duda la piscina es uno de los principales atractivos de este hotel. Rodeada de palmeras imitando la estética del próximo oasis de Siwan, darse un baño en sus aguas es un auténtico placer…