Va en serio, ¡menudo susto! Si no os ha sucedido nunca, no podéis saber de lo que hablo. No soy ninguna ancianita, ando en la treintena. Pero por lo que se ve -una mala tarde la tiene cualquiera-, el agua caliente y todo ese vapor alrededor me debieron bajar la tensión, y me dio una lipotimia.
Ya me había sucedido otras veces, porque tengo la tensión baja habitualmente, ¡pero nunca mientras me duchaba! La bañera era como una jaula con los bordes redondeados, creí que no me daba tiempo a salir. Nada a lo que agarrarse, el suelo y las baldosas de la pared totalmente resbaladizas, mojadas, y yo a medio enjabonar.
He decidido que si me vuelve a pasar, estaré preparada. Hoy he llamado para cambiar mi bañera por un plato de ducha. Me han dicho que me ponen un suelo antideslizante, a prueba de resbalones, y unas barras para sujetarme dentro de la ducha. Lo mejor de todo es que sólo tardan 24 horas. ¡Estoy deseando estrenar mi nueva ducha!