Este es el objetivo del Profesor Fabio Bovi de la Universidad de Urbino, en Italia. Su programa de ejercicios en la piscina parte de los problemas que tienen las personas mayores, ya no para realizar ejercicio físico, sino para desenvolverse en sus rutinas diarias.
Por ello, el Profesor Bovi diseñó un programa que permitiera a los mayores recuperar lo que él llama la «motricidad relacional», es decir, aquellos movimientos que nos permiten relacionarnos con el entorno. Sus ejercicios tratan de reproducir en el agua una serie de actividades cotidianas. El medio acuático es perfecto, porque elimina la gravedad y el esfuerzo es mínimo, así como el impacto articular.
Los ejercicios en la piscina refuerzan el aparato óseo-esquelético, mejoran la elasticidad aumentan la movilidad y, psicológicamente, disminuyen y ayudan a controlar la sensación de incapacidad y el miedo a moverse que desarrollan muchas personas mayores.