Los ejercicios bajo el agua no solamente son adecuados para personas que necesitan rehabilitación, sino que constituyen el medio perfecto para una sesión de entrenamiento en fitness. Los expertos dicen que se realiza el doble de ejercicio con la mitad de esfuerzo, ya que por efecto de la ausencia de gravedad, nuestro cuerpo no pesa y podemos «tirar» de él con más facilidad. Además, la suave resistencia que ofrece la masa acuática contribuye a tonificar la musculatura sin desgastar inutilmente las articulaciones.
Una sesión de fitness en el agua debe comenzar por un par de largos a nado para calentar, a un ritmo no demasiado rápido. Así acondicionamos el ritmo cardíaco al ejercicio. Después se puede realizar una tabla de ejercicios destinados a trabajar partes concretas del cuerpo, como el pecho, los glúteos o el abdomen con movimientos específicos para esas zonas.
Entre serie y serie de repeticiones, se recomienda un «descanso activo», realizando un largo a ritmo tranquilo para no romper el trabajo aeróbico. Y para finalizar, no hay que olvidar estirar cuidadosamente cada uno de los grupos musculares implicados en el ejercicio. ¡Nunca un baño te resultará tan productivo!