Esto sí que es llevar el «dos en uno» hasta sus últimas consecuencias. Este inodoro se llama Tlalokc. Toma su nombre del Dios de la Lluvia en la mitología mexicana, y cumple dos funciones a la perfección; por un lado es lavabo, y por el otro, inodoro.
Lo mejor de todo el asunto, aparte de su practicidad y considerable ahorro de espacio, es que también piensa en el medioambiente. El agua del lavabo se recicla íntegramente, reutilizándose para llenar la cisterna. Con este sistema, tan sencillo como ingenioso, se consiguen ahorrar miles de litros de agua al año (con el consiguiente ahorro económico). Hasta un 83% de ahorro de agua.
Y si, además de instalar este lavabo-inodoro, decides cambiar tu bañera por un plato de ducha tendrás un cuarto de baño eficiente, ecológico y ahorrativo.