Hoy no se habla de otra cosa. Los teléfonos familiares llevan una semana sonando, ¿qué le regalamos este año a papá? Ya tiene pañuelos, batines, pantuflas… y podría poner una tienda de corbatas juntando las que le hemos regalado a lo largo de los años.
Tenemos el regalo perfecto: ¿qué tal si le regalas autonomía, independencia, seguridad? Poder valerse por sí mismo, recuperar el mando en su pequeño reino, ejercitar su derecho a la intimidad.
Cambia su bañera por un plato de ducha y estarás haciéndole el mejor regalo de su vida. Un plato de ducha a ras de suelo y antideslizante le permitirá acceder a su ducha sin ningún riesgo de tropezones, caídas o resbalones. Asideros colocados estratégicamente le harán más llevadero el hecho de necesitar ayuda a la hora de salir o entrar. Un asiento dentro de la ducha convertirá su aseo diario en un auténtico placer.
Como antes, cuando era él quien te duchaba a ti. ¿Se te ocurre mejor regalo?
