La gente que ama la música llega al rozar lo patológico, puede convertirse una obsesión como otra cualquiera. Todos aquellos que hayan conocido golfistas, por ejemplo, sabrán que hablan de distancias como si fuesen “hoyos”, estos es un “par dos” ante la atónita mirada del resto. Al fin y al cabo son obsesiones “sanas”. Estos melómanos suelen tener su casa plagada de discos, singles, vinilos, el salón con una mesa de mezclas y normalmente destinan una de las habitaciones de su casa a guardar instrumentos musicales.
Bien, pues para estas personas ya existe un lavabo adecuado a sus gustos. Como ilustra la imagen, se trata de una tina con forma de guitarra eléctrica. Puede parecer un poco excesivo para humanos corrientes, pero aseguro que aquellos que poseen en su casa un número superior a mil cd´s, estarían encantados de tener un mueble así en su casa. Para gustos los colores.