Hay una labor de concienciación que todos debemos de ejercer, desde la responsabilidad individual y el compromiso de mantener este planeta que, de momento, es el único que tenemos. Es necesaria dar a conocer la situación en que vivimos, pero desde la postura constructiva, porque hay muchas cosas que se pueden hacer y todo comienza desde el ser consciente.
Vivimos rodeados de residuos, mares repletos de recipientes desechados, como la isla de plástico en el Pacífico del tamaño de Francia. En EE UU, sólo el gasto anual del transporte de la basura a los vertederos asciende a 50.000 millones de dólares.
Dicha situación puede trasladarse a la UE y a España.
Cada año en Europa se tira a la basura la mitad de los alimentos en buen estado. Según datos hechos públicos el pasado jueves por la Comisión Europea, la generación anual de residuos alimentarios asciende a 89 millones de toneladas, 179 kilos por habitante.
El economista y pionero Gunter Pauli, autor del libro «Economía Azul», lleva años incidiendo en que otro modelo económico es posible. La ecología se escribe en azul, no en verde. Su lema: servirse del conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza.
Según la CE, aplicar la legislación sobre residuos supondría un ahorro de 72.000 millones de euros al año, aumentaría el volumen de negocios de la gestión de residuos y del reciclado en 42.000 millones, creando más de 400.000 empleos de aquí a 2020.