Todo el que ha tenido un perro sabe cual es la situación del “baño”, animal nervioso, intentas de cuclillas agarrarle mientras frotas con el jabón. Espuma por todas partes, el can tirita, más de rabia y miedo que de frío. En un momento dado se activa su “sistema de secado” y decide sacudirse el agua. Con el resultado de terminar tú y tu mascota frustrados y empapados.

Las bañeras y duchas humanas no están del todo adaptadas a perros, pero como hay un invento para cada necesidad, ha llegado la bañera-perro.  Diseñada para que el dueño pueda cómodamente lavar al can y disponible en varios tamaños.