En el periodo estival da todo mucha más pereza, entramos como en una especie de letargo del que solo te sacan las obligaciones del día a día, pero ya cuando estamos de vacaciones lo único que a uno le apetece es…nada…como bien dicen los italianos “il dolce far niente”. Para el que quiere cuidar la línea, es fácil integrar unos ejercicios que se pueden practicar fácilmente en el agua, ya que te das el baño, al menos, ejercitarse un poco. Son ejercicios simples, cuya eficacia se mide en las repeticiones que se hagan, con 10 minutos al día, los efectos son patentes.
El primero por el que se puede empezar, es ponerse de puntillas y luego apoyar los talones en el suelo, un simple movimiento ascendente para ejercitar los gemelos. El segundo, flexiona un poco las rodillas y alterna el peso entre las dos piernas, de esa manera trabajar los cuadriceps de ambas piernas. De ahí lo siguiente es andar, como lo harías en la calle, la resistencia del agua te forzará a hacer un potente ejercicio. Al terminar el “paseo” la tabla se puede completar con una serie de patadas laterales, en series de 15, para terminar con unas brazadas. Una práctica manera de aprovechar el baño para el ejercicio.