Una de las alternativas más fáciles y disponibles para el ocio veraniego son las piscinas. Desde hace unos años existe una alternativa a las tradicionales, son las piscinas biológicas, de moda en alojamientos rurales. La idea es utilizar en vez de cloro u otros productos químicos, plantas, que depuran mediante un sistema de regeneración natural, imitando el efecto de los ríos y lagos.
Las piscinas sostenibles, se dividen en dos áreas que están comunicadas, una es zona para nadar y la otra donde se purifica el agua gracias a las acción de plantas, microorganismos y algas.
A los que les guste la jardinería será un incentivo más. Se puede elegir, idealmente, entre tres tipos de plantas que son flotantes: los nenúfares, la lenteja de agua y el carrizo. La cuestión, aseguran, es establecer un equilibrio, para no tener una piscina invadida de plantas, por lo que es necesario acudir a expertos diseñadores y paisajistas.
Uno de los aspectos más positivos es que apenas necesita mantenimiento, el agua se mantiene a lo largo de todo el año. ¡Gran idea!