Pese a ser el elemento que más ingerimos a lo largo del día, el agua mineral es en el fondo, una desconocida para la mayoría de las personas.
El agua mineral natural, proviene de yacimientos subterráneos únicos y dependiendo de las características de estos (temperatura, rocas…) la mineralización del agua varía. Por eso, no hay dos aguas minerales naturales iguales.
Por otro lado, el agua del grifo siempre será perfectamente potable, pero la diferencia es que la mineralización de esta no es conocida.
Incolora sí, pero no es ni insípida ni inodora. Los minerales que la componen le aportan a este líquido matices y aromas que las personas con un selecto paladar pueden apreciar.
La temperatura a la que el agua alcanza su máximo nivel de hidratación es entre los 10 y los 14ºC y solo necesitamos perder un 1% del agua corporal para que aparezca la sensación de sed.
No todas las aguas envasadas que puedas encontrar en el mercado son minerales, esto significa que no se conoce su composición pero son perfectamente potables.
El agua no caduca, pero es considerada como un alimento por la legislación española, asique siempre que este embotellada deberá ir acompañada de una fecha de consumo preferente.