Nos encanta comprobar cómo se estrujan el cerebro los diseñadores para ayudarnos a ahorrar agua y energía. Un ejemplo de ello es la sencilla pero sorprendente Eco-Shower del diseñador industrial Paul Frigout.
La ducha es un circuito inteligente que funciona así: el agua que corre por el cabezal de la ducha, produce electricidad que, a su vez, calienta el agua. Además el suelo de la ducha está formado por unos bloques que controlan el flujo de agua que cae. Estos bloques detectan, según la presión ejercida por el peso de la persona que se está duchando, qué cantidad de agua es necesaria para que ésta se duche, y la reenvía de vuelta al cabezal, comenzando el ciclo de reutilización.
Cambiar la bañera por un plato de ducha sólo es el primer paso; ¡ojalá algún día todas las casas dispongan de dispositivos como este!