Hay varias medidas ecológicas que ya deberíamos saber de memoria. Una, cambiar la bañera por un plato de ducha para ahorrar litros de agua. Y otra regla de oro que hemos oído hasta la saciedad: no utilizar el inodoro como cubo de la basura. Desperdiciamos agua y también dinero. Además, contaminamos las aguas subterráneas, y corremos el riesgo de atascar el tanque séptico con consecuencias muy desagradables (mejor no os las cuento).
Bastoncillos para los oídos, toallitas húmedas, algodones, discos desmaquillantes y, por supuesto, papeles, envases u otros objetos, deben ser desechados en bolsas a la basura orgánica (a excepción de los envases plásticos, que habrá que tirar en el contenedor amarillo).
Este accesorio nos permite disponer de un contenedor para la basura en el baño, a la vez que nos proporciona un práctico soporte para esos momentos de lectura en soledad. Original, ¿no?