Es importante saber que entre el 60% y el 75% del gasto diario de agua, se destina al aseo personal. La medida más economizadora es ducharse en lugar de bañarse. En líneas generales, un baño consume el doble que una ducha. Si además el cuerpo y el cabello se enjabonan con el grifo cerrado, el ahorro es de hasta 15 litros. Cortar el agua si no es preciso utilizarla, es un gesto que se debe extender a cualquier rutina de aseo: cepillarse los dientes, afeitarse, lavarse las manos… Es necesario asegurarse de que el grifo esté cerrado de forma correcta. Goteos o aberturas, por mínimas que sean, suponen un despilfarro diario de hasta 325 litros de agua.