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Conseguir cuartos de baño accesibles para todos, niños, ancianos, personas con dificultades de movimiento o de altura, etc.-, no es una tarea complicada. En la mayoría de casos, será suficiente con unos asideros, varias barras dispuestas a lo largo de la bañera, o un asiento elevado y unos apoyos para las manos en el inodoro. Otras veces habrá que recurrir al ingenio o a ayudas de diseño específico,
Principios básicos
La puerta del cuarto de baño debe tener 80 cm de ancho, debe existir un espacio libre de 150 cm de diámetro para girar, y áreas de 70 o 80 cm para acceder a cada sanitario. Bastará con una superficie de 1 ,70 x 2 m (unos 3,5 m2) para que todos se sientan cómodos. La proximidad entre el baño y el dormitorio también es muy útil, pero se convierte en esencial para los mayores, sobre todo si tienen que recurrir a aparatos de elevación o de soporte.
Otra sugerencia de interés, si se reforma el baño, es instalar las cañerías y desagües a más de 180 cm de altura. Luego, si hay que hacer obras, no será necesario sustituirlos o empotrarlos.
Sanitarios en el aire
A nivel estético y funcional, una buena solución es empotrar un lavamanos en una encimera de 60 cm de fondo, ubicada a 80 cm de altura. Además de un lavabo, donde se podrán apoyar los antebrazos, se conseguirá un práctico tocador para el arreglo personal, que se podrá utilizar tanto desde un taburete como desde una silla de ruedas, porque la parte inferior está libre. Otra alternativa en los cuartos de baño son los lavabos suspendidos. En ambos casos, la cañería y los desagües deben estar protegidos con un aislante, para evitar quemaduras en las piernas. El inodoro suspendido también es una buena solución, porque permite instalarlo a la altura más conveniente para el usuario. Otra alternativa es subir la altura de la taza convencional, de unos 40 cm hasta los 55 cm óptimos, que la sitúan en el mismo plano que una silla de ruedas. Para conseguirlo se puede situar el inodoro en un escalón de 15 cm, o instalar en la taza asientos desmontables de diseño ergonómico en el mismo color.
Una ducha cómoda
Una ducha de pared, con plato a nivel de suelo y sin bordillo, permite un fácil acceso para todos. Dentro puede instalarse un asiento de 40 x 40 cm, abatible, para que no ocupe espacio cuando no se usa. Servirá de base para ducharse sentado o un apoyo para los pies. Una ducha de teléfono facilitará el baño desde una posición sentada. Asimismo, un desagüe en una esquina del cuarto de baño evitará que el agua se desborde por todo el cuarto de baño. Aunque se recomienda la mayor amplitud de espacio posible, una ducha de 90 x 100 cm permitirá el traslado desde una silla de ruedas al asiento de la ducha y a la inversa, tanto desde el lateral como desde el frente. Si se incluye una puerta, formando una cabina, deberá abrirse hacia el exterior, para facilitarla maniobra de entrada y salida.
Bañeras más seguras
Una alfombra de goma antideslizante asegurará la adherencia al suelo de la bañera. Asimismo, un banco de obra junto a ella facilitará el acceso al interior. Otra buena estrategia consiste en elevar el fondo, para que el descenso sea suave y por etapas. Para simplificar el traslado desde una silla de ruedas, es conveniente que el borde de la bañera esté a 50 cm del suelo.
Barra imprescindible
Los pasamanos son de gran utilidad en cualquier cuarto de baño. Conviene instalarlos a unos 4 o 5 cm de la pared, para facilitar el acceso de las manos. En el inodoro, colocados entre 20 y 25 cm por encima de la taza, permitirán sujetarse con fuerza al sentarse y levantarse. En la bañera son aconsejables dos barras: una larga, paralela al borde, y otra corta, sobre la larga, pero montada en diagonal. También es conveniente instalar barras en la ducha, para facilitar la entrada y mantener el equilibrio.
Griferías para todos
Las griferías más prácticas son las de tipo cruceta, monomando o pulsador, porque son las de más fácil manipulación. Las griferías termostáticas son recomendables en duchas y bañeras, porque permiten mantener la temperatura del agua, evitando el riesgo de quemaduras o enfriamientos.
Espejos con visión
Para que todos puedan verse, el canto inferior del espejo de lavabo debe estar a una altura entre 75 y 90 cm del suelo. Si se instala a mayor altura, hay que inclinarlo 10°, hacia el suelo, para verse desde una posición sentada.
Buscar el sentido común en el diseño de los cuartos de baño es vital a la hora de permitir el acceso en el hogar de todas las personas que habitan en él.