Esa es la conclusión que extraen dos grupos de científicos de la Universidad Hopkins de Laurel y de la Universidad Central de Florida, ambas estadounidenses, en sendos estudios que publica la revista ‘Nature’.
Los investigadores han descubierto que uno de los mayores asteroides del cinturón principal, el conjunto de fragmentos rocosos que se encuentra entre las órbitas de Júpiter y Marte, está cubierto de hielo y de material orgánico, principalmente carbono.
Para ello utilizaron el telescopio de infrarrojos que la NASA posee en la cima del volcán inactivo Mauna Kea, en Hawaii. La espectroscopia mide la longitud de onda de la luz que los cuerpos celestes reflejan, cuando los rayos del Sol inciden sobre su superficie.