Mis hijos son muy cansinos. Lo menos llevan todo el invierno insistiendo en que me cambie la bañera por un plato de ducha; que si me voy a caer, que si me voy a romper la crisma, que si a mi edad muchos abuelos mueren por caídas en la bañera…
Si yo no digo que no, soy el primero que estoy incomodo, ¿sabéis lo difícil que es levantar la pierna para poder entrar en esa bañera tan alta? Pero es que es una decisión muy importante, y mis hijos me traían folletos y carteles de esos que pegan en las farolas. ¡Yo no quiero cambiar la bañera y que a los dos días se me inunde el cuarto de baño!
Hasta que salió lo que buscaba en la televisión. Estaba viendo mi programa favorito por la noche, y esa presentadora tan seriecita se puso a hablar de una empresa que te hacía todo en el mismo día, sin obras y con 5 años de garantía. Así, sí me animo a ponerme la ducha nueva. ¡Chapuzas, no!