Sería una manera de modificar el refranero popular para adaptarlo a una realidad, y es que (aunque pensemos lo contrario) para cada tipo de piel, es beneficioso un tipo de temperatura de agua. Así al menos lo asegura Dori Couñago autora de un libro con recomendaciones para tener una piel estupenda.

Ducha_agua

Ducha_piel

Para empezar, advierte que los baños relajantes que se prolongan en el tiempo, no son recomendables para más que una vez a la semana, el resto de los días, lo mejor, es una ducha, de máximo 20 minutos y a 34 grados como máximo. De hecho es recomendable esta opción si queremos estar bien relajados para irnos a la cama.

Entrando ya en tipos de agua y recomendaciones para la piel, la autora nos comenta lo siguiente. El agua muy caliente no es particularmente recomendable, pero se aconseja para pieles grasas, sensibles o con cuperosis, ya que limpia, ablanda la epidermis y dilata los capilares, estimulando la circulación. El agua caliente tiene las mismas propiedades, cuidado con usarla cuando tenemos vasos capilares dilatados o enrojecidos. Por otro lado el agua templada es ideal para todo tipo de pieles ya que tiene efecto calmante. En cuanto al agua fría, es buena para combinarla tras un baño caliente, ya que contrae los capilares y poris, así como aumenta el tono cutáneo. De nuevo cuidado con los vasos y capilares dilatados. Si nos aventuramos al hielo, es una opción buena para pieles con polos dilatados, ya que el efecto de contracción de multiplica por el frío.