El verano es sinónimo de vacaciones, piscina o playa, pero también lo es de un sol y un calor intensos, por lo que es más importante que nunca cuidar y proteger nuestra piel de forma adecuada.

tomar el sol

No hay mejor forma de refrescarse en pleno verano que el agua, ya sea con una tonificante ducha o con un relajante baño en la piscina o en el mar. Pero en esta época no hay que bajar la guardia, y no podemos sacrificar la salud de nuestra piel al combatir el calor o al intentar broncearnos. Hay que ser conscientes de los peligros para nuestra piel, siendo el principal de ellos la intensidad de los rayos del sol.

Nuestra mejor defensa se encuentra en las cremas y protectores solares, pero igual de importante es elegir el producto que mejor se adapte a las características de nuestra piel. Es fundamental optar por el protector más adecuado para nuestro tipo de piel y para la actividad que vamos a realizar (hacer deporte, darse un baño o tomar el sol). Todo ello son factores a tener en cuenta a la hora de escoger la crema o el protector solar.

En cualquier caso hemos de hacer nuestra elección siempre entre aquellos protectores solares que tengan al menos un factor de protección solar de 30 o superior, y una capacidad de producir pigmentación duradera en la piel de 8 o de ++ (como mínimo). Y no hay que olvidar tampoco que si nos vamos a dar un baño, las cremas solo ofrecen protección garantizada durante 40 minutos desde el momento en que nuestra piel entra en contacto con el agua, y que pasado ese tiempo hemos de darnos una nueva aplicación.