Cuando hablamos de reformas de baño, hay muchos factores a tener en cuenta: la estética, la funcionalidad, el tipo de materiales existentes, el presupuesto… Pero cuando el baño es nuevo y está revestido de mármol, la decisión se vuelve aún más delicada. Hoy te contamos una de nuestras obras reales: un caso donde realizamos un cambio de bañera por plato de ducha en un espacio poco convencional, sin perder la elegancia del diseño original y ganando comodidad y sentido práctico.
Un baño con bañera y ducha en el mismo espacio
Nuestros clientes contaban con un baño muy especial. En un mismo espacio convivían una bañera y un plato de ducha, instalados uno a continuación del otro. Cada uno con su grifería independiente, ocupando una gran superficie dentro del baño.

Aunque pueda parecer un lujo contar con ambas opciones, en la práctica esta combinación no resultaba nada cómoda. Cada vez que utilizaban la ducha, acababan salpicando la bañera, y viceversa. El mantenimiento era complicado y el uso poco funcional.
Desde el primer momento, los clientes lo tenían claro: querían una única zona de ducha, amplia, elegante, y sobre todo práctica.
Mármol en paredes: reforma sí, pero sin romper la armonía
Este no era un baño cualquiera. Se trataba de una vivienda de nueva construcción, y el baño estaba revestido completamente de mármol. Un acabado de lujo que los clientes querían conservar al máximo.
Por eso, uno de los principales retos de este proyecto de cambio de bañera por plato de ducha fue plantear una solución que implicara la menor obra posible, pero que al mismo tiempo se integrara perfectamente con el mármol existente, tanto en lo estético como en lo funcional.
No se trataba simplemente de quitar una bañera y poner un plato de ducha: había que repensar el espacio para que todo encajara como si siempre hubiera sido así.
Un nuevo diseño: asiento de obra y gran plato de ducha
En la fase inicial del proyecto, exploramos distintas posibilidades. La gran superficie que ocupaban la bañera y el plato de ducha original nos permitía jugar con diferentes ideas: desde crear un plato de obra a medida, hasta instalar un asiento de obra que aportara comodidad y diseño.
Finalmente, los clientes se decantaron por una opción que nos encantó desde el primer momento: un asiento de obra al inicio del espacio y, a continuación, un gran plato de ducha de 200×100 cm. Esta elección no solo resolvía el problema de uso, sino que convertía la nueva zona de ducha en un espacio cómodo, amplio y elegante.
El asiento de obra, además, aporta un plus de funcionalidad para personas con movilidad reducida, o simplemente para quienes valoran un momento de relax bajo el agua.
Rediseñando las instalaciones: menos es más
Una de las dificultades técnicas del proyecto era la existencia de dos griferías independientes: una para la bañera y otra para la ducha. Como ahora íbamos a unificar el espacio, era necesario eliminar una de ellas y redirigir las instalaciones.
Esto nos obligó a picar la pared existente para modificar la instalación de fontanería y dejarlo todo limpio, ordenado y centralizado en una única grifería moderna.
Y ya que íbamos a intervenir una de las paredes, tomamos una decisión valiente y con mucho sentido estético: hacer lo mismo en la pared opuesta, pero no por obligación, sino por diseño.
Azulejos de imitación madera: el toque natural que necesitaba el mármol
Para revestir las nuevas paredes donde trabajamos, propusimos un azulejo muy especial: imitación madera con cierto relieve, que aporta textura, calidez y contraste con el mármol original.




Lejos de parecer un añadido forzado, esta solución se integró a la perfección con el entorno. La combinación de mármol y madera (o su imitación) siempre funciona, porque ambos evocan acabados naturales, materiales nobles y sensaciones agradables.
El resultado fue un baño con personalidad, donde cada elemento parecía estar ahí desde el principio, perfectamente pensado y ejecutado.

Reutilizar la mampara: ahorro y sostenibilidad
Uno de los detalles que más agradecieron nuestros clientes fue que, a pesar de la transformación completa del espacio, pudimos reutilizar la mampara existente.

Esto no solo supuso un ahorro económico importante, sino que también evitamos el gasto innecesario de un nuevo elemento que ya funcionaba perfectamente.
Pensamos siempre en ofrecer la mejor solución posible, pero también en respetar el presupuesto y aprovechar lo que ya puede servir, siempre que sea seguro, funcional y estéticamente compatible.
Un plato de ducha de 200×100 cm no es poca cosa
Uno de los retos logísticos de este trabajo fue la instalación del nuevo plato de ducha. Se trataba de un plato de carga mineral de 200×100 cm, un elemento robusto y pesado que requería una manipulación precisa y segura.
Para llevarlo a cabo, fue necesario un equipo de cuatro operarios cualificados, perfectamente coordinados, que consiguieron colocar el plato en su sitio sin dañar ningún otro elemento del baño, ni el mármol, ni las paredes, ni por supuesto el plato.
Como decimos siempre en SecuriBath: no hay trabajo que se nos resista. Y cuando hay que sumar fuerzas, lo hacemos.
Un resultado espectacular, sin perder el alma del baño original
Al terminar la obra, el cambio era evidente: el baño había ganado funcionalidad, amplitud visual y diseño, sin perder la esencia elegante que le daba el mármol.
Gracias a la elección del nuevo revestimiento y a la distribución planteada, todo el conjunto respiraba armonía. El asiento de obra aportaba ese toque de confort moderno, y el gran plato de ducha invitaba a disfrutar de una ducha sin límites.
Y lo mejor: los clientes estaban encantados. Su baño seguía siendo el mismo… pero mucho mejor.
¿Estás pensando en hacer un cambio de bañera por plato de ducha?
Si estás valorando hacer un cambio de bañera por plato de ducha, ya sea por comodidad, estética o funcionalidad, esperamos que esta historia real te haya servido para imaginar las posibilidades.
Cada reforma es diferente, y cada cliente tiene sus prioridades. En SecuriBath analizamos cada caso con detalle, buscamos la mejor solución posible y la ejecutamos con precisión, experiencia y respeto por tu hogar.
A veces no se trata solo de cambiar una bañera: se trata de transformar un espacio para que encaje contigo, con tus hábitos, con tus necesidades y con tus gustos.