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Una investigación realizada por el Instituto Australiano del Deporte confirma que después del ejercicio lo más recomendable para recuperarse más rápidamente es tomar una ducha de agua fría.

El estudio confirma que una ducha de agua fría ó alternar entre un baño frío y uno caliente ayuda a las personas a recuperarse más rápido después de un entrenamiento o actividad física. La regla se cumple tanto para los deportistas de alto rendimiento como para aquellos que acuden al gimnasio o hacen ejercicio en sus casas.

“Básicamente está relacionado con el mejoramiento del flujo sanguíneo, al mejorar el flujo sanguíneo podemos retirar las sustancias desecho y llevar nutrientes que permitan una más fácil recuperación, reparación del tejido que ha podido presentar algunas microlesiones y con eso ayudarnos a recuperar mucho más rápido del ejercicio”, explica José Luis García, médico deportólogo.

Y aunque muchas personas creen que es peligroso someter el cuerpo caliente al agua fría o someterse a cambios bruscos de temperatura con el agua, esto sólo podría ser peligroso en algunos casos específicos.

“Son aquellas personas que tienen algunos factores de riesgo cardiovascular o que han tenido algunos eventos cardiovasculares donde el uso de agua fría o el manejo de contrastes no está indicado y en las personas que han sufrido de parálisis facial ya que estas tienen una predisposición a los cambios bruscos de temperatura”, aclara el deportólogo García.

¿Cuánto tiempo se debe esperar después de terminada la actividad física para tomar una ducha de agua fría y cuál debe ser su duración?

“Usualmente se hace de manera inmediata y son más o menos 2 ó 3 minutos que utilizas esa ducha de agua fría y ya puedes posteriormente pasar a baños de contraste, es decir, combinar agua fría y agua caliente”, indica el doctor García.

La investigación afirma que una buena ducha con agua fría supera los beneficios de un periodo de descanso.