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El 64% de las personas mayores dependientes tiene problemas para utilizar el cuarto de baño. Adaptarlo a sus nuevas necesidades es clave para incrementar la autonomía y evitar accidentes, mucho más frecuentes de lo que pensamos.

Mientras no sufrimos ningún tipo de incapacidad, no somos conscientes de los problemas que puede ocasionar un cuarto de baño convencional cuando la persona que tiene que usarlo sufre algún tipo de dependencia o, simplemente, ve mermadas sus capacidades motrices o cognitivas. Según recoge el investigador catalán Fernando Alonso López en su trabajo “Adaptación funcional de la vivienda en la población mayor y discapacitada”, seis de cada diez dependientes encuentran dificultades para utilizar el cuarto de baño o alguno de sus elementos. Pero, además, el baño es una fuente constante de peligro de accidente. Una caída en la bañera, un resbalón en el suelo húmedo… pueden evitarse con unas pequeñas reformas que añadan comodidad al usuario y tranquilidad al cuidador.
Modificar un cuarto de baño no es tarea difícil si de lo que se trata es de ganar en seguridad e independencia de los mayores, y puede ser algo más complicado cuando se hace necesario adaptarlo a grandes discapacidades. En estos casos será preciso redistribuir los sanitarios y el mobiliario, adaptando el espacio al uso y maniobra de sillas, grúas y cuidadores.
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