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Patricia Urquiola es la gran diseñadora del momento, con una personalidad explosiva, mediterránea, rápida y algo invasiva… Y él, Philippe Grohe, nieto del fundador de la mega empresa de ese apellido, es un moderno mecenas, pero sobre todo un gran técnico. Apasionado por la creación, propone a los diseñadores temas libres y les deja hacer, como con su idea de «Waterdream». Luego ellos se enfrentan al veredicto que determina si su proyecto es factible técnicamente, pues Axor, la rama de Hans Grohe dedicada al alto diseño y tecnología, empresa que Philippe dirige desde hace años, no sacrifica su perfección a nada: sencillamente quieren ser los mejores.
Juntos han presentado la nueva colección Axor-Urquiola que llegará en primavera a las tiendas de todo el mundo. Y juntos la explican: es la materialización del «sueño» de Urquiola, en una colección con más de 60 elementos que componen «su» baño ideal: «aunque para que fuera perfecto -nos cuenta ella- falta uno: el flexo vaporizador, algo que todas las mujeres echamos de menos junto al lavabo, para refrescar la cara, las manos, tras desmaquillarnos… Un vaporizador, ahorraría mucha agua. No es un lujo sino un elemento muy necesario para el baño y aunque aún no existe… Philippe me lo ha prometido».
La idea de esta firma es investigar sobre las necesidades cambiantes del baño. «Nos preguntamos continuamente -explica Grohe-, más allá de su carácter funcional, cómo evolucionará el cuarto de baño como ambiente en el futuro. Queremos anticipar soluciones para diseñar espacios donde haya elementos que tengan calidad».
«En los cuatro años que llevamos trabajando -cuenta la diseñadora-, las cosas fueron evolucionando y poco a poco me pidieron más elementos, no solo de grifería, sino unos lavabos, unas bañeras…. lo que entra en un cuarto de baño. Nuestra relación ha sido excelente: yo soy muy parca y Philippe, generoso. Él tiene una actitud comprensiva y sensible que me lleva a ceder en muchas cosas porque sus razonamientos son muy convincentes. Sin embargo pedí a Philippe que hiciera un cuarto de baño sin límite, con el dormitorio incorporado y sólo un biombo como separación, porque creo que el espacio debe de ser fluido».
Grohe, que no es diseñador, pero sí una de las personas que más sabe sobre la cultura del baño, replica: «A los diseñadores nos gusta probar nuevos materiales, pero nosotros no producimos nada que no comprobemos que va a funcionar. Por eso a veces descartamos materiales que vemos que con el agua tienen fallos. Los mandos de Patricia, por ejemplo, orgánicos pero asimétricos y de tubo cuadrangular, son preciosos, aunque supusieron unos problemas técnicos de esta colección. Pero nos gusta lograr retos ». «Mi idea era muy concreta -explica Urquiola-. Pienso que el baño debe de estar unido al dormitorio y para eso no hacen falta muchos metros. Mi pequeña provocación son las dos bañeras individuales y colocadas vis a vis. El «spa» no me interesa nada, pero sí el aspecto cotidiano y útil de un buen cuarto de baño donde disfrutar y relajarse, Nunca me metería en esas bañeras gigantes de arquitecto, llenas de gente, pero sí me bañaría junto a la de mi pareja, porque me parece el colmo del relax. Tampoco me gusta la idea de poner dos lavabos juntos. Me parece poco íntimo e incómodo pues, sin querer, te salpicas. La ducha, que es lo que más se usa, creo que precisa mayor evolución. Yo las he situado enfrentadas y además con una barrera de plantas para que puedan disfrutar del vapor que desprende el agua. Y lo agradecen. El biombo de separación se ha realizado como un módulo multiusos: por un lado radiador; por otro, espejo, colgador y calienta toallas y hasta plancha, en varios tamaños.
Lavabos y baños, en material sintético recuerdan a Urquiola, en cierto modo, las tinas de casa de su abuela en Asturias y trae a este espacio la memoria de sus orígenes.