La apertura del grifo es probablemente la acción que provoca un mayor uso indiscriminado de agua en el hogar. Normalmente, un grifo suministra unos 15 litros por minuto pero, si se utiliza un dispositivo ‘ahorrador’ se puede reducir a entre cuatro y ocho litros por minuto. Al instalarlo, el usuario percibirá que el caudal es el mismo e incluso que la presión de agua es mayor, pero se limitará el consumo real.
Dispositivos que disminuyen el gasto de agua en la grifería:
Perlizadores: Se enroscan en el grifo y cuestan entre 16 y 20 euros. Generan un chorro de agua gasificado al mezclar agua con aire, manteniendo la misma presión o incluso aumentándola en comparación con los sistemas tradicionales.
Griferías mono-mando: Reemplazan a las de dos mandos para tener un control más fácil del volumen y de la temperatura del agua.
Cartuchos termostáticos: Se insertan en el grifo para evitar el cambio completo de la grifería y permiten alcanzar la temperatura de agua deseada sin tener el grifo abierto durante un tiempo prolongado.