Bajo la ducha

Sustituir la bañera por un plato de ducha tiene ventajas de sobra conocidas: es más seguro, puesto que elimina barreras arquitectónicas en el baño y además ayuda a evitar accidentes como caídas o peligrosos resbalones. Además, permite ahorrar agua y también la energía necesaria para calentarla, por lo que supone asimismo un ahorro económico. Un plato de ducha nos ayuda a aprovechar mejor el espacio del que disponemos en el cuarto de baño y es infinitamente más funcional que una bañera.

Pero, ¿sabes cuáles son los beneficios que aporta al organismo una buena ducha? En primer lugar está su «acción mecánica»: el factor hidrocinético que ejerce la presión graduada del agua mediante chorros, cambios de temperatura, etc. Esto nos permite mejorar la circulación sanguínea y linfática, tonificar la piel y el sistema muscular (tejidos periarticulares y articulares) y estimular órganos como el estómago y el intestino.

En segundo lugar está la «acción térmica» del plato de ducha: el agua caliente dilata los vasos sanguíneos, produciendo sedación en caso de estrés y ansiedad. El agua fría es vasoconstrictora y por tanto ayuda a estimular, despertando nuestro cuerpo.

Elige tú el momento del día, la presión y la temperatura. De tu plato de ducha nuevo nos encargamos nosotros.