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Propón a tu amante daros un baño de lo más excitante. Enjabonaos el uno al otro, con suavidad y recalando en las partes más erógenas de su cuerpo. La bañera puede dar lugar a situaciones muy morbosas.
Vuestro aseo diario puede convertirse en preludio del acto sexual. Aparte de que bañarse puede ser una actividad divertida si se hace en pareja, la intimidad del cuarto de baño os envolverá en un escenario romántico y lujurioso. Podéis empezar por caricias sutiles, suaves juegos con el jabón, chorros de agua poco inocentes dirigidos a zonas erógenas, juegos con patitos de goma u otros artículos, etcétera. Los ingredientes principales para pasarlo bien son la imaginación y la desinhibición a partes iguales.
Podéis escoger entre un baño nocturno o un baño diurno. El primero os servirá para relajaros y conseguir un sueño profundo y placentero; el segundo, para activaros y empezar el día de buen humor.
¿Quién dijo que la cama era el único lugar reservado para hacer el amor?