La prevención de estos accidentes constituye una de las prioridades del médico de familia en el manejo del mayor, tal como se recordó en el reciente Congreso de la semFYC
Las caídas en los ancianos son un indicativo de morbilidad y de dependencia, a la vez que pueden derivar en otros problemas más graves como es la fractura de cadera y la institucionalización. Así, estos accidentes en una persona mayor tienen importantes consecuencias físicas, psíquicas y sociales. El dato al respecto es que 33 por ciento de los mayores que viven en residencias ha sufrido alguna caída, según se expuso en el marco del XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).
Cuando el mayor vive sólo en su casa se incrementa más aún el riesgo de caídas. Las posibilidades aumentan cuando se levantan para ir al cuarto de baño, que es uno de los sitios de la casa donde más percances se producen. De ahí la necesidad de adaptar la vivienda: poner barras a los lados del WC, cambiar la bañera por un plato de ducha, etc. Otro recurso muy útil es la tele asistencia, que es un sistema de vigilancia y seguridad muy eficaz, afirma esta experta.
En muchos casos, que el mayor ingrese en una residencia es una recomendación directa del médico de familia. Si la persona mayor no puede valerse por sí misma y la familia no puede hacerse cargo, el médico de familia habla con el/la trabajadora social para valorar la posibilidad de ingreso en la residencia. Siempre es un proceso muy largo, en el que la familia se plantea muchas dudas y durante el cual el profesional juega un papel calve en el seguimiento y apoyo de los familiares, afirma la doctora Regato.
Por otra parte, el consumo de medicamentos figura como uno de los principales factores que contribuye a disminuir la capacidad funcional y cognitiva y eleva el riesgo de sufrir una caída. Según la doctora Regato, y en base a un estudio presentado en el marco de este Congreso, los ansiolíticos seguido de los antidepresivos son los fármacos que más incrementan el riesgo de caída en los mayores. El efecto sedativo que tienen estos medicamentos aumenta el riesgo de que los mayores sufran una caída cuando se levantan de la cama.
Otros factores a tener en cuenta son los obstáculos físicos que existen en las calles y en las casas, es decir, todos los llamados factores extrínsecos (suelo, iluminación, escaleras, mobiliario, calzado, ropa, baño, calle transporte etc) y que, por supuesto, no deberían estar en las residencias, además del deterioro cognitivo y la demencia y los trastornos del equilibrio y la marcha.