Las duchas disponen de un caudal de entre 17 y 30 litros por minuto. Pero, ¿es necesario utilizar tanta cantidad de agua? En realidad, no. Las ‘duchas economizadoras’ o de bajo consumo gastan menos de la mitad e incluso aumentan la presión del agua. Los aparatos reductores de caudal, por su parte, son de varios tipos y algunos logran rebajar el gasto en casi un 60%.

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Mangos ahorradores: La clave está en que mezclan agua con aire. Para evitar cambiar el mango, existe una alternativa: acoplar al mango normal un ‘reductor’, que consigue reducir el caudal en un 30%. Se pueden adquirir en cualquier ferretería.
Interruptores de caudal: Se introducen entre la grifería y el flexo de la ducha. Regulan el chorro de agua si se da un cuarto de vuelta al aparato, permitiendo reducir el caudal a un hilo de agua. De esta manera, no se reduce la temperatura mientras uno se enjabona o lava la cabeza y no se tiene que dejar correr el agua para que se caliente.
Limitador de caudal: Se intercalan en cañerías y limitan la demanda de agua en un tiempo estipulado.