Aplicar una ducha de chorro de temperatura alternante sobre distintos puntos del cuerpo es una de las mejores técnicas hidroterápicas que ayudan a potenciar la salud de todo nuestro cuerpo.
Conviene empezar por las partes más distales del cuerpo (manos o pies), y el lado derecho (lejos del corazón), e ir poco a poco ascendiendo pasando por las rodillas, los brazos, los hombros, la espalda, la zona lumbar, el abdomen
Es muy importante que el agua no salpique, y que sólo llegue a la parte que estamos trabajando, algo que se consigue regulando la presión del agua; por lo cual, en posición vertical, el chorro de la ducha-teléfono no sobrepase la anchura de la palma de la mano.
Para que su resultado sea realmente eficaz, se debe empezar siempre aplicando chorros de agua caliente a unos aproximadamenteo 37-42º, unos minutos, y cuando el cuerpo, haya acumulado calor, se aplica luego el agua fría (10-16º), durante 20 segundos.
Un enrojecimiento de la piel acompañado de una agradable sensación de calor será la reacción local que determinará la duración adecuada de cada chorro, de tal manera, que cuánta mayor sea la superficie de aplicación del chorro, más general será su efecto sobre nuestro aparato cardiocirculatorio.
Esta técnica, que se puede llevar a cabo cómodamente desde casa, te brindará los siguientes beneficios:
Descongestiona las vías respiratorias
Activa la circulación
Tonifica la piel
Elimina la tensión muscular
Tiene un efecto relajante tanto mental como físico
Una cuestión muy interesante a realizar en las últimas horas del día, después de una jornada agotadora, para apagar tensiones y estrés acumulados.