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El cuarto de baño es, probablemente, la estancia del hogar menos sometida a reformas, a pesar del continuo uso que se hace de él. De hecho, aunque el seguro de responsabilidad civil de constructores y arquitectos se prolonga durante 10 años -que es lo que se prevé puede durar con ciertas garantías una instalación-, se calcula que la fontanería se mantiene en óptimas condiciones una media de 25 años a 30 años, o incluso más. Pero razones estéticas o el cambio de propietario adelantan en ocasiones las reformas, que en las viviendas más viejas se aprovechan para sustituir las tuberías antiguas, normalmente de plomo – material nocivo para la salud y muy sensible a las presiones del agua- por otras de cobre.
No siempre se requiere una modificación completa del baño, un simple cambio de sanitarios y de armarios puede ser suficiente. Pero cuando la reforma es completa la obra resulta cara, pues precisa del trabajo de varios gremios: fontanero, electricista, escayolista y pintor. Los sanitarios no son baratos, ya que se diseñan para que perduren al paso del tiempo y del uso, con lo que la calidad es siempre alta. Por lo tanto, al solicitar un presupuesto de obra de reforma completa que incluya cambio de cerámica, sanitarios, tuberías, y por ende, pintura y acabado, no ha de extrañarnos que la cifra total se acerque en su más modesta expresión a 6.000 euros.